Llibres al replà

Herederos de Minarik, Lobel y Janosch

Esta semana, desde el 1er 1º, queríamos recomendar dos libros que nos han robado el corazón:


Dubosarsky, Úrsula. Las nuevas aventuras de Honey and Bear. ilustre. Ron Brooks. Corimbo, 2014 (edición original de 1998)

Tellegen, Toon.¿No se ha enfadado Hay Nadie? ilustre. Marc Boutavant. Edelvives, 2014

(edición original del libro 2013; edición de las historias 2002)

Hablar de estos libros nos obliga a dar un paso atrás y también citar el trabajo de tres grandes autores que los preceden: Else Holmelund Minarik (Dinamarca 1920-Carolina del Norte, 2012), Arnold Lobel (Los Ángeles, 1933-1987) y Janosch (Zabrze, Polonia,
1931)
Con sus libros, de alguna manera, reinventaron el género de las fábulas, esas aventuras cotidianas de pequeños animales que funcionan como un espejo del comportamiento humano.

Minarik, Elsa Holmelund. El pequeño oso. ilustre. Maurice Sendak. Alfaguara, 2003 (edición original de 1957)

Lobel, Arnold. Historias de ratones. Kalandraka, 2000 (edición original de 1972)
Janosch. Te curaré, dijo el pequeño oso. Kalandraka, 2015 (edición original de 1985)

Aunque cada una de estas obras tiene su propio universo personal y, cada autor, su estilo, hay algunos elementos en común que las convierten en casi un género literario, un hilo invisible que las une a todas:
Universo afectivo
Los protagonistas de estas historias suelen ser animales antropomórficos que llevan una vida idílica en medio de la naturaleza, en paisajes pintorescos y rodeados de bosque. Es un universo acogedor, cotidiano, sin tecnología, gobernado por su propia lógica.
Algunos lectores pensarán que es un mundo muy conservador. Otros se maravillarán de su capacidad de evocar.
Los personajes
No hay ni buenos ni malos, ni superiores ni inferiores. Los protagonistas de estas historias no tienen maldad ni rencor. Dicen lo que sienten y expresan su perplejidad frente a lo que no entienden.
Están buscando soluciones a los pequeños dramas de la existencia, que de ninguna manera banales pueden parecer, nunca se trivializan.
Y sobre todo, siempre tienen la ayuda o el consejo de otros animales.
El espíritu infantil
Cuando estos autores están interesados en las actividades domésticas de los personajes, en verdad están dando gran importancia a las pequeñas penas y alegrías ordinarias que, después de todo, son lo esencial de la vida. Pequeñas aventuras llenas de ingenuidad e inocencia.
Las emociones de los niños se convierten en asuntos literarios y compartirlas se convierte, para los niños, en un gesto muy liberador.
filosofía
Leí aux petits enfants les grands livres (AFL, 2007) que se refieren a Arnold Lobel como el "Becket pour enfants", porque plantea preguntas existenciales tales como: ¿un mundo perfecto es posible? ¿Puede haber placer en la tristeza?
Esta es la esencia de estos libros: hablar de cosas universales, decisiones fundamentales que debemos tomar a lo largo de nuestra existencia.

Elementos narrati
vos
Formalmente estos libros también tienen una estructura similar.
La mayoría de los cuentos comienzan con dos o más animales que enfrentan un pequeño problema. Hablan, dialogan, incluso puede haber una discusión o una pequeña pelea.
Finalmente, sin embargo, la paz regresa. Y la vida continúa. A veces incluso el problema persiste, pero aprendes a vivir con él.
Las diferentes historias pueden no estar conectadas, pero terminan teniendo una lógica que las une.
Es imposible no escuchar parte de las historias. De hecho, los diálogos constantes nos invitan a participar en debates, a posicionarnos a favor de un personaje u otro.
El mérito de estos libros es la capacidad de crear
evocadoramente basado en un vocabulario básico, con oraciones simples, sin
cláusulas casi subordinadas.
El texto y las imágenes están contagiando un solo discurso, en el mismo ritmo y tono,
destacando las emociones de los personajes del gesto y
actitudes.

Los libros de Toon Tellegen (Brielle, Países Bajos, 1941) y Ursula Dubosarsky (Sídney, Australia, 1961) entran dentro de esta tradición y merecen su lugar junto a los clásicos.
¿Las doce historias de No hay nadie enfadado? son increíblemente divertidas e ingeniosas, pero además la edición y las ilustraciones de Marc Boutavant son impecables.
Las cinco Nuevas Aventuras de Miel y Oso mantienen la calidad del primer volumen, y nos han llenado de nuevo de optimismo y seguridad.

Los niños también necesitan historias introspectivas. No siempre necesitan acción y grandes giros argumentales.

A veces "se consuela ver cómo una historia banal fluye imperceptiblemente hacia el absurdo o la fantasía" (Aux petits enfants les grands livres (AFL, 2007) p.65-69)

Dejad un comentario: