El verano es un momento turbulento en el que tienes hijos a cargo.
La alegría de poder pasar más tiempo jugando con los más pequeños en casa choca con la necesidad vital de descansar, desconectarse, detenerse a pensar y leer todo lo que ha quedado pendiente durante el curso.
Por lo tanto, no es de extrañar que el 1-O, dadas las novedades que empiezan a tener la cabeza alrededor de las librerías, madre Mumin se haya enamorado de dos libros que reflejan este sentimiento contradictorio hacia nuestros hijos.
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Zullo, Germano; Albertine. Estoy. Trad. Delfina Cabrera. Buenos Aires: Limonero, 2016 |
Mi pequeño es un libro que dura un momento pero explica toda una vida.
Un libro que podemos leer rápidamente, como si fuera un flipbook o, paso a paso, saboreando cada uno de los dibujos de Albertine y Los pequeños textos de Germano Zullo.
Un libro sobre la maternidad, la vinculación, la dependencia, que mereció el Premio Ragazzi de Bolonia 2016 de ficción.Un paseo poético que te agita, que empiezas con una sonrisa pero que termina causándole sensaciones contradictorias. Tal vez Albertine ha encontrado una manera de dibujar el amor materno? ¡La vida es tan frágil y hermosa y al mismo tiempo tan triste!
Esta pequeña joya es el resultado de una obra de años de tándem, personal y artístico, Albertine y Germano Zullo. Dos artistas suizos habituales en el Salon du livre et de la presse jeunesse de Montreuil, que, gracias a su carácter conversacional y buen humor, se han convertido en una visita inevitable cada vez que tenemos la suerte de visitar el espectáculo.
En 2014, mientras Albertine firmaba su último libro, Bimbi (La joie de lire, 2014), explicó que estaba trabajando en un nuevo libro que culminó un proceso de reflexión personal porque no podía tener hijos.
En realidad, Bimbi fue el anterior, porque es una especie de cuaderno de bocetos, de momentos robados de la vida cotidiana de varios niños. Trabajando con lápiz gris sobre blanco, el autor hizo un ejercicio de observación reproduciéndose con intuición y habilidad los gestos, sentimientos, expresiones de diferentes escenas protagonizadas por niños y jóvenes. Sin ningún contexto o hilo narrativo.
En 2015 Mon tout petit apareció en Le joie de lire y lo compramos con gran respeto, sabiendo que tomamos los anhelos y secretos más íntimos de un gran dibujante.
Un año después, la editorial argentina Limonero lo publica en español.
Pe
ro la maternidad tiene muchas caras y es justo que al otro lado de la escala encontremos un libro que la editorial kalandraka acaba de recuperar:
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Murphy, Jill. Cinco minutos de tranquilidad. Trad. Michael Desclot. Pontevedra: Kalandraka, 2016 |
Recuerdo perfectamente tener en mis manos la edición española de Edhasa del año 1989 y joven como yo, encontrar muchos hocicos en el libro: ¿y si dónde estaba el señor Gros? Que si esta madre era el estereotipo de ama de casa, que si la túnica y la gorra de natación lo demostraban…
Han pasado veinte años y la familia Mumin ha crecido y ahora, el libro de Jill Murphy, lo miro con otros ojos.
Las imágenes tienen la estética de la década de 1980, pero la historia de esta madre elefante encerrada en el inodoro en busca de cinco minutos de paz lejos de sus hijos me parece que no ha perdido validez. La necesidad de disfrutar de momentos de intimidad y la capacidad de respetar el espacio vital me parecen dos de las preocupaciones más difíciles o luchas internas de la maternidad.
Poesía y humor, nuestros deseos desde el 1er 1 para esta semana.
¡ah! y cinco minutos (mínimo) tranquilidad para todos!
¡ah! y cinco minutos (mínimo) tranquilidad para todos!
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