Llibres al replà

Cinco notas (¿musical?) sobre poesía para niños

Para mi estreno en la acogedora Casa de los Libros del Replà, he optado por hacer algunas andanzas sobre un género literario claramente relacionado con la música, y que ha producido en los últimos años una florida de títulos: poesía para niños. Como no soy un experto (en nuestro país tenemos, y muy buenos, como Margarida Prats), y que mi ignorancia en materia musical es oceánica, me permitiré tomar un refrigerio sobre varios temas que me llaman la atención y que, bien empequeñecido, tal vez podrían constituir un plan de trabajo.

1. La poesía infantil a menudo ha tratado con el mundo de la música. Aparte del bestiario, tan frecuente en los poemas infantiles, podríamos decir que es un tema recurrente en muchos escritores que escriben poemas para niños, generalmente eligen algún aspecto de la música (instrumentos, cantos, coros, teatros, orquesta, etc.). Para ver una buena muestra de lo que decimos, e ir a la antología Poesies amb suc (Il. Mercè Galí. Barcelona: La Galera, 2007), selección de Miquel Desclot. Es una breve selección de poemas escritos originalmente en catalán, o traducidos de otras lenguas (español, italiano). Hay autores como Joana Raspall, Empar de Lanuza o el propio Miquel Desclot. El tema es básicamente los instrumentos musicales: violín, clarinete, percusión, guitarra, trompeta, o algunos elementos esenciales para componer música, como la nota musical.

2. Y, como hemos mencionado a Miquel Desclot, es necesario hacer una parada significativa en su trabajo, estrechamente relacionado con la música. Desclot colaboró varias veces con organizaciones musicales, como la secretaría de Coros Infantiles de Cataluña; ha realizado adaptaciones de óperas como La flauta mágica y es autor de varios libretos. Sus poemas de tema musical han caído esencialmente en dos libros: Música, maestro! (Il. Fina Rifà, Barcelona: Empúries, 1987) y Más música, maestro! (Il. Fina Rifà, Barcelona: La Galera, 2001) que le valió el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2002.

En este último, hay espléndidos homenajes a los instrumentos, haciéndolos hablar y, a menudo, haciendo un acertijo o el juego de palabras:

clarinete

Ya que soy un claro limpio

De la boca al esqueleto

Me poní ensabono todos los días

La brillante anatomía

No querría un pitufo.

¿Podría decirme claribrut

(Más música, maestro, p.18)

También en libros que no son específicamente temas musicales, algún poema relacionado con la música se estocada o que, al menos, tiene el nombre de una canción. En Oi, Eloi, (Barcelona: La Galera, 1995) hay un magnífico encuentro: "Siete canciones del duende de la ciudad". (Oi, Eloi, pp. 47-54)

3. Y ya que hablamos de canciones no puedo resistirme a recomendar un libro de poemas musicales hechos en Alghero: Manos maneja, palabras, canciones y voces de chicos, (Il. Estudio Muto. Alghero: Plataforma per la llengua, 2017) , que va acompañada de un disco donde podemos escucharlos, por diferentes voces o coros. La selección, en una cuidada edición con texto en catalán de Alghero y traducción al italiano, incluye canciones populares, algunas de las cuales reconocerás todas a la vez. También hay poemas de autor contemporáneo, a menudo música e incluso interpretados por el autor. Una excelente oportunidad para prestar atención a nuestros distribuidores de libros, o instituciones, para que tengan en cuenta las manifestaciones de los países catalanes que se nos escapan con demasiada frecuencia.

4. A modo de conclusiones

¿Cuál es la relación entre poesía y música? Algunos dicen que la poesía no necesita música porque ya es música: la acentuación, el tipo de verso, la rima, etc., conforman un lenguaje que es el andamiaje de las ideas o sentimientos que se expresan allí. Para los poetas, no basta con transmitir algunos conceptos o emociones: necesitan que su palabra intereste una especie de partitura que atraiga más a la transmisión aérea y auditiva que al papel y a los ojos. De hecho, el género literario "lírico" (lira) en sus orígenes siempre estuvo acompañado de música. Pero no fue una adición en la que "encajar" el poema: la música que emanaba de la combinación de palabras en sí, intensidad de sonidos, distribución de acentos y armonía natural.

5. Cierro la reflexión trazando un itinerario desde la poesía infantil hasta la poesía para adultos. Debemos insistir siempre en que la educación literaria no puede representarse únicamente como un ascenso de lo más fácil a lo más difícil, sino como un camino de ida y vuelta, en el que se comparten muchos temas, ideas, figuras o imágenes.Vemos este poema de Antonio García Tejeiro traducido por Miquel Desclot:

Aire sonoro

Notas al viento

Música gratis

En movimiento.

(Poemas con jugo, p. 176)

Comparemos ahora, con las hermosas palabras del poeta mallorquín Gabriel Alomar:

Escribo en el viento esta estrofa alada par
a que el viento lo lleve al cielo más a
llá quiero seguirlo con mi aspecto caliente,
lloroso de no poder acompañarlo. Ent

re los inviernos, cuando el viento es ventoso
, mi verso a través del espacio resona
rá, y sobre los hombres en su zumbido t
onadadurà el sonido de un océano

desconocido. Y cantará en la liras de la
s ramas de la luna en la melena blanca en
el rincón del silencio de la noche. Y e

ternamente el Natural materno se d
ividirá a través de la altura infinit
a cuando mi nombre, oscuro, será extinguido.

Y como regalo final, se oye el poema cantado por María del Mar Bonet:

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