El Premio Nobel es invisible a los ojos de los niños, porque no tiene ninguna modalidad que reconozca la literatura infantil.

Su equivalente sería el Premio Andersen, que ha sido otorgado, desde 1956, cada dos años y a nivel universal, a un escritor de literatura infantil y, desde 1966, también a un ilustrador. Su vestido, sin embargo, como ese emperador en el cuento de Hans Christian Andersen – en honor al cual el nombre del premio – es casi transparente a los ojos de los lectores catalanes, y el premio puede asegurar todo, todo, que desfila desnudo por las calles de nuestras villas.
Nadie tiene mucha ocasión o capacidad para admirar su vestido real transparente, y menos que para captar los detalles floridos de sus capas, las puntas de sus pantalones, los farbalans de sus camisas, o, el abalorios de su corona.
La literatura de un país y una cultura se basa en dos pilares fundamentales, que deben coexistir y avanzar de manera equilibrada:

Bronce y Girasol (Ed. SM)
- El cuidado y la promoción de los autores del país.
- La traducción e incorporación de obras internacionales que son un referente literario, o que amplían el horizonte de su panorama.
Ambos pilares, juntos, hacen crecer el grosor y la calidad del conjunto literario ofrecido a los lectores de una sociedad, al tiempo que provocan sutilmente el crecimiento personal de los mismos, con la oportunidad de sadollar, en su propio idioma, su hambre en las mejores fuentes de todo el mundo.
Andersen en catalán
En nuestro país, la realidad es otra. Vivimos en una época en la que el mercado literario catalán está lleno de muchas traducciones, especialmente de álbumes ilustrados, la mayoría de los cuales provienen de las grandes culturas predominantes y muchas de las cuales no aportan novedades al paisaje literario. Y las principales referencias internacionales, especialmente las narrativas, llegan a los cuentagotas.
Un ejemplo paradigmático de la incorporación de referencias al cuerpo literario catalán, y ampliar su horizonte, sería ofrecer cada dos años la traducción de las obras más significativas de los ganadores del Premio Andersen, así como con las del Premio Nobel.
Cuando se concede este último, en su forma literaria, la mayoría de los lectores corren a averiguar si hay alguna obra publicada en catalán, o español. Y para el editor del ganador es como si fuera tocado por la Nochevieja Grossa. Incluso en la última concesión, se escenificó una miserable batussa para tomar derechos sobre la obra de un poeta.
Nos gustaría para el LIJ. Significaría que ambas ramas de la literatura se mueven al mismo nivel y generan cierto interés, ya sea literario o económico.

La concesión del Premio Andersen, sin embargo, a los mejores escritores del planeta es absolutamente ignorada por los medios de comunicación convencionales, y casi también por los especialistas.
El mínimo esfuerzo se interconecta para darlo a conocer, y un escaso deseo de obtener los derechos y traducir las obras más emblemáticas.
Los últimos galardonados
Entre los galardonados, a lo largo de la trayectoria del Premio Andersen, han estado escritores tan significativos como Astrid Lindgren, Erich Kastner, Tove Jansson, Gianni Rodari, Christine Nöstlinger o Uri Orlev.
Si nos centramos en los últimos diez años, en la lista de los últimos seis ganadores, y hacemos el esfuerzo de averiguar las obras que han venido de todos ellos, el resultado da lugar a una cosecha sorprendentemente triste e insignificante.
- 2010. De David Almond -Reino Unido-, seis años después de la concesión del premio, se tradujo una magnífica obra, The Boy Who Swimming with the Piranhas (Ed. Bamboo, 2016), ilustrado por Oliver Jeffers y traducido por Bel Olid, que era bastante importante, siendo elegido como finalista para el premio Atrapallibres.
- 2012. María Teresa Andruetto -Argentina-, una escritora excepcional y también teórico de los libros y la lectura, podemos leer obras publicadas por editoriales a su alrededor. Pero, diría yo, ha habido muy pocas iniciativas, desde este lado del océano, para publicar y difundir sus obras, su particular prosa poética y sus brillantes palabras y reflexiones.
- 2014. Nahoko Uehashi -Japón-, es conocida por ser la autora, entre otros, de una saga de literatura fantástica para jóvenes, muy popular en su país, y que responde al nombre de Moribito. Tres entregas se pueden encontrar en español, publicadas por SM: El guardián del espirítu, El guardián de la oscuridad y El guardián del sueño.
- 2016. De Cao Wenxuan -China- que es un novelista comprometido con la tradición de su país e inmerso en describir la compleja realidad de los niños que enfrentan grandes desafíos. En español, la editorial THE SM publicó Bronce y Girasol, en 2017.

- 2018. De Eiko Kadono -Japón- nos ha llegado que ha destacado en la elaboración de álbumes ilustrados. Y ella es la autora de Nicky, la aprendiz de la bruja (ed. Nocturna, 2019) que Studio Ghibli popularizó, adaptándolo al cine.
- 2020. Por Jacqueline Woodson que es una escritora estadounidense que cultiva la novela realista para niños y jóvenes, con un cierto componente de denuncia. Seguimos a la larga esperando a que algún editor decida traducirlo.
Otro día, en otro artículo como este, nos centraremos en los ilustradores premiados con Andersen. Debido a que es un lenguaje universal, la cosecha es algo más quantiosa y significativa. Sin embargo, también nos llevaríamos sorpresas.
¡Andersen está desnudo!
Para la pequeña oportunidad de ver y leer la textura, el tono, la caída del vestido del Premio Andersen, como lectores en catalán, nos faltan herramientas para valorar sus cualidades y saber si se trata de un vestido exótico, exuberante, cursi, o, para estar en casa. ¡Qué vergüenza!
¡Desde nuestros ojos, Andersen, el emperador universal de los premios de literatura infantil, está desnudo!
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